Condroprotectores.

La terapia con condroprotectores puede ayudar a prevenir o tratar las patologías articulares de perros y gatos, minimizando la aparición de la osteoartrosis y alguno de sus efectos derivados de esta, como el dolor.

El cartílago articular dañado no se puede regenerar, pero gracias en parte a los condroprotectores se puede conseguir reparar estos daños con un fibrocartílago, que, sin ser idéntico al cartílago original, posee propiedades funcionales similares, hecho que favorecerá la recuperación de la articulación, mejorando el confort del paciente.

Qué son.

Los condroprotectores son un tipo de suplemento nutricional (nutracéuticos), que presentan efectos beneficiosos para la salud articular.

La mayoría de los componentes de estos condroprotectores, se encuentran presentes de forma natural en el organismo, hecho que descarta la posibilidad de aparición de efectos adversos derivados de su consumo.

Los principales son la glucosamina, la condroitina, el ácido hialurónico o los precursores del colágeno entre otros.

La glucosamina se encuentra presente en el cartílago articular sano, pero con el paso del tiempo su proporción va disminuyendo. Participa en la formación de glucosaminoglicanos del líquido sinovial, actuando de forma sinérgica con la condroitina, previniendo el debilitamiento del cartílago articular. La aportación de glucosamina mejorará la composición de los glucosaminoglicanos del cartílago articular.

La condroitina se sintetiza en el organismo, y es la responsable de atribuir al cartílago articular las propiedades mecánicas, elásticas y de resistencia a la compresión fisiológica. Favorece la síntesis de los glucosaminoglicanos en los condrocitos (células del cartílago articular) junto con la glucosamina. A su vez estimula la síntesis del líquido sinovial. En los condroprotectores se suele encontrar en forma de sulfato de condroitina o condroitín sulfato.

El ácido hialurónico (hialuronato sódico) es una sustancia que se encuentra presente en los tejidos y en el líquido sinovial de las articulaciones, cuya función es la de actuar como un “amortiguador” natural. Su función es la de proteger las articulaciones frente a la degeneración. En enfermedades degenerativas como la osteoartrosis su concentración y volumen disminuye favoreciendo la degradación de las estructuras articulares y la liberación de sustancias químicas proinflamatorias, debido a que se pierde su viscoelasticidad, y por tanto aumenta la susceptibilidad del cartílago a lesionarse. El ácido hialurónico tiene propiedades viscoelásticas, actuando como un lubricante natural en todo el organismo. La suplementación con ácido hialurónico puede favorecer la reducción del dolor y mejorar la capacidad funcional de la articulación.

Sustancias naturales.

Otras sustancias naturales pueden complementar de manera interesante la función de los anteriores, actuando de diversas maneras.

Es un potente antioxidante, retrasando la degeneración articular.

Puede ayudar a los procesos enzimáticos y de síntesis de las estructuras articulares.

El colágeno es la proteína estructural predominante en el organismo. Su función es aportar resistencia y forma a todos los tejidos. Es parte esencial del cartílago articular y otras estructuras musculoesqueléticas como pueden ser tendones, ligamentos o huesos. Algunos aminoácidos como la glicina y la prolina son esenciales para su síntesis.

Curcuma longa es una planta herbácea proveniente del suroeste de la india utilizada tradicionalmente como especia o colorante natural. Varios ensayos en modelos de artritis animal muestran que extractos secos de esta planta contribuyen a disminuir la inflamación articular reduciendo la activación de la NF-kBy, protegiendo a los condrocitos del efecto catabólico de las citoquinas proinflamatorias.

Boswellia serrata es un árbol originario de la India muy utilizado en la medicina tradicional para el tratamiento de la osteoartritis y otros procesos inflamatorios. Estudios recientes en ratas con osteoartritis inducida por colágeno muestran que el extracto de Boswellia serrata pudo inhibir mediadores proinflamatorios como las prostaglandinas, la COX, óxido nítrico y la NF-kB, previniendo la degradación del colágeno cartilaginoso.

El Harpagophytum procumbens, más conocido como “Garra del diablo”, es una planta herbácea natural del sur de África que pertenece a la familia de las pedaliáceas. Existen varios estudios in vitro que afirman que el extracto seco de esta planta posee actividad condroprotectora ya que permitieron observar la disminución de la síntesis de mediadores proinflamatorios y la inhibición de enzimas responsables de la degradación de colágeno. Además, se conocen ensayos que le atribuyen propiedades analgésicas, aunque su mecanismo sigue sin conocerse.

Para qué sirven.

Ayudan a proteger las articulaciones frente a diferentes enfermedades, principalmente la osteoartrosis. Gracias a ellos, los signos clínicos relacionados con estas patologías degenerativas pueden aparecer más tarde y en menor medida. A su vez pueden contribuir a reducir la inflamación y el dolor articular derivado, en los procesos mencionados.

Sus principales indicaciones son:

  • Prevención de patologías articulares en cachorros en fase de crecimiento, especialmente en aquellas razas o individuos de rápido y gran crecimiento con especial predisposición a las mismas (Dogo Alemán, Pastor Alemán, Mastín, Labrador y Golden Retriever, Rottweiler, etc.)
  • Retrasar y minimizar la aparición de la osteoartrosis en pacientes de edad media o avanzada.
  • Tratamiento complementario a otros métodos médico - quirúrgicos de pacientes con diferentes patologías ortopédicas (articulares).
  • En pacientes convalecientes de un tratamiento quirúrgico ortopédico pueden favorecer el periodo de recuperación, mejorando y acelerando el proceso de reparación de las estructuras articulares.
  • En perros de deporte o trabajo, o aquellos que realicen ejercicios de alta intensidad, ayudan a minimizar el desgaste de las articulaciones y a favorecer la recuperación de los tejidos presentes en las articulaciones.

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Cómo se utilizan.

Pueden administrarse en pacientes de cualquier edad, desde cachorros hasta ancianos.

Lo más recomendable sería que un veterinario estudiase cada caso en particular para establecer la pauta de condroprotección más adecuada.

Habitualmente se suele iniciar con una terapia de carga o de choque con una dosis superior, para una vez transcurridos unos 60 días, reducir la misma a una dosis de mantenimiento, la cual se mantendrá de forma indefinida, o durante el periodo establecido por un veterinario.

Al tratarse de un producto natural no cabe esperar efectos adversos derivados de su administración.

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